Productos financieros que promueven el desarrollo sostenible.
El planeta está experimentando cambios sin precedentes en muchos de los factores que determinan tanto sus propiedades fundamentales como su influencia en la sociedad. Durante los últimos 60 años, las actividades humanas han cambiado a los ecosistemas de manera más rápida y extensa que en ningún otro período comparable de historia de la humanidad, generando diversas problemáticas ambientales, como el cambio climático.
Se trata de préstamos personales para la adquisición de determinados productos o servicios sostenibles, como mejorar la eficiencia energética del hogar, comprar coches eléctricos o híbridos y electrodomésticos respetuosos con el ambiente. Suelen tener tipos de interés más bajos que los préstamos ordinarios y están dirigidos principalmente a particulares, pero también a pymes y autónomos.
Por otra parte, también se encuentran los bonos sostenibles. En este caso, se trata de un tipo de deuda emitida por instituciones públicas o privadas cuyos fondos se destinan a financiar proyectos que generen un impacto ambiental y/o social positivo.
El mercado de bonos es el más importante para redirigir capital al cumplimiento de los ODS. Al ser una clase de activos a más largo plazo y de menor riesgo, se ajustan al perfil de los parámetros de la Agenda 2030. Además el mercado tiene una magnitud suficiente, con una emisión anual de 6,7 billones de dólares, para cubrir el déficit de financiación de los ODS.
Existen 3 tipos de bonos sostenibles:
Bonos sostenibles
Financian proyectos que combinan factores ambientales y sociales.
Bonos sociales
Financian proyectos que solucionan un problema social. Por ejemplo, aquellos relacionados a infraestructuras básicas, acceso a servicios esenciales, vivienda, generación de empleo, seguridad alimentaria, que promueven la igualdad de género, etc.
Bonos verdes
Financian proyectos que contribuyen a la consecución de los ODS. Por ejemplo, proyectos relacionados con las energías renovables, la eficiencia energética, la protección de la biodiversidad, la economía circular, etc. También existen los “bonos azules”, que se destinan a preservar y a proteger los océanos.
Algunos de los usos más comunes de los bonos verdes son:
El desarrollo de las finanzas sostenibles es una decisión de importancia estratégica. El mercado de bonos verdes, sociales, sostenibles, muestra un notable incremento en los últimos años y excelentes perspectivas tanto a nivel local como global, permitiendo generar financiamiento genuino para proyectos socioambientales, que permitan abordar las múltiples necesidades
de nuestro país.