Se produce cuando en una cuenta corriente el saldo no alcanza para hacer frente a un pago y la entidad financiera autoriza a cubrir la diferencia que falta. Se suele usar la expresión “la cuenta está en rojo”. Es decir que, si el titular no tiene suficiente dinero en su cuenta, puede disponer de cierto monto adicional de crédito que es financiado por el banco. Por este servicio (que es un préstamo automático que la entidad otorga al titular de la cuenta corriente), los bancos cobran una tasa de interés.